El Port de Barcelona culmina una nueva fase de apertura ciudadana con la rehabilitación del muelle de Barcelona
El traslado definitivo de la actividad de cruceros al muelle Adossat permite liberar 13.565 m² en el Port Vell, que se integran en el tejido urbano de la ciudad.
El Port de Barcelona ha dado un nuevo paso en su estrategia de transformación y apertura a la ciudadanía con la habilitación pública de la zona norte y este del muelle de Barcelona. Esta actuación, que pone a disposición de los barceloneses un espacio de 13.565 metros cuadrados y 600 metros de línea de muelle, se enmarca en el proceso de reorganización logística del enclave portuario tras el traslado progresivo de los cruceros y ferris al muelle Adossat.
La operación, oficializada coincidiendo con la celebración de las segundas Jornadas de Puertas Abiertas del Port de Barcelona, consolida el proceso de devolución de espacios portuarios al uso ciudadano. El área abierta, anteriormente ocupada por instalaciones de cruceros, ha sido acondicionada con una inversión superior a los 100.000 euros para nivelar pavimentos, instalar mobiliario urbano e iluminar adecuadamente la zona.
El enclave recuperado, situado entre la antigua terminal de Baleària y el testero este del muelle, se convierte en una nueva vía de conexión entre la ciudad y el mar, en un entorno ya dinamizado por el complejo empresarial del World Trade Center. La intervención da continuidad urbana a la Rambla, integrando el acceso portuario en la vida cotidiana de los barceloneses.
La apertura es la última de una serie de actuaciones estratégicas impulsadas por el Port de Barcelona en los últimos años. Entre ellas destacan la recuperación del muelle de Drassanes —tras el traslado previo de la operativa de ferris de Baleària— y la rehabilitación del paseo del antiguo Rompeolas y el muelle de Pescadors con la nueva lonja.
“Las actuaciones realizadas permiten reforzar la relación puerto-ciudad y culminan un proceso que ha tenido como eje abrir el Port Vell a los ciudadanos”, ha destacado David Pino, director del Port Vell. Por su parte, el presidente del Port de Barcelona, José Alberto Carbonell, ha subrayado la importancia urbanística de la operación, que “hace que la Rambla penetre en el puerto y llegue hasta uno de sus núcleos neurálgicos, el World Trade Center”.
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha remarcado que esta actuación es una muestra de “la sensibilidad del Port con la ciudadanía” y del compromiso de la ciudad con su identidad marítima: “Barcelona es una ciudad de mar, y este vínculo debe reflejarse también en el espacio urbano que compartimos”.
Con una historia que se remonta a la década de 1870, el muelle de Barcelona ha sido un punto neurálgico del desarrollo portuario y marítimo de la ciudad. Su transformación actual no solo es un acto de recuperación patrimonial, sino también un movimiento estratégico en la reorganización funcional del puerto y su proyección ciudadana.
La reforma continuará con una segunda fase prevista para 2026, en la que se ejecutará una renovación integral del pavimento y se reforzará la accesibilidad y urbanización del entorno. Esta línea de actuación reafirma el modelo del Port de Barcelona como puerto sostenible, integrado en la ciudad y comprometido con el desarrollo logístico y social del entorno metropolitano.